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Monday, December 04, 2006

Judith, a sus 32 años y con dos hijos de 8 y 6 años, quedó sola al frente de su hogar luego de que su esposo muriera. Sin una preparación suficiente, tuvo que enfrentar circunstancias a las que nunca antes se había confrontado.
Sus hijos, quienes iban a la escuela primaria empezaron a llevar a casa las mas bajas calificaciones, al tiempo que enfermaban con una frecuencia inusual. Sus necesidades fueron verdaderamente apremiantes.
Nada de lo que vivía resultaba esperanzador, sin embargo, 30 años después no he conocido mujer mas dichosa que Judith, abiertamente dice que no cambiaría ningún instante de su vida, puesto que en medio de la dificultad fue que ella supo entender su capacidad, la cual es reconocida por todas las generaciones que han venido después de ella.
Publicado por Vaso dispuesto a las 7:20 AM,